El panorama político en el País está más claro que nunca, ya que ha quedado al desnudo el complot orquestado por grupos empresariales , que manejan los medios de comunicación y que han reclutado un ejército de mercenarios del lápiz y el papel, que hasta el momento se pintaban como periodistas independientes y de un prestigio incólume.
Ese sector empresarial entiende que ha llegado el momento para colocar un presidente títere que le responda a sus intereses y de esa manera convertirse en los reales dueños del País y cabeza del estableshmen.
Todos sabemos como han sido manipulados y alterados los números, pero eso en si no es lo más importante, sino lo que va a venir a partir de este momento, donde han tratado de sembrar una percepción falsa en la mente del electorado. El fanatismo se va a incrementar, el triunfalismo de personas con escasas neuronas, aunque con mucha agresividad y violencia, pueden provocar situaciones impredecibles en nuestra Nación.
Las elecciones pasarán y la realidad es que serán muy cerradas, el 8% de Leonel y el 2% de Guillermo Moreno y demás candidatos minoritarios, solo dejarán un 90% para los dos candidatos mayoritarios, lo que podría implicar una segunda vuelta, con un empate o máximo dos puntos de diferencia entre uno y otro.
Aunque en política nada es predecible y de un momento a otro pueden darse acontecimientos que varíen el escenario de manera significativa. Ya los grupos de apoyo a Abinader se jugaron todas sus cartas, ahora viene la envestida final del PLD con el Presidente Medina a la cabeza, que puede provocar que Gonzalo suba varios puntos para llegar al 50% o de lo contrario quedar encima en la primera vuelta.
Ese es el escenario que tenemos por delante, una conspiración mediática para tratar de dar un golpe de estado electoral sin medir las consecuencias de esa aventura y del otro lado un Gobierno, un candidato, un partido y sobre todo un ejército de hombres y mujeres prestos a defender hasta el último momento la voluntad libérrima del pueblo dominicano.
Los chantajes, amenazas, presiones, triunfalismo, fanatismo y hasta amenazas, solo harán una cosa: La unidad monolítica de los peledeista y aliados, para impedir que se ejecute esa trama maquiavélica, que significaría el final del estado de tranquilidad, paz, institucionalidad, progreso, modernidad y crecimiento económico de la República Dominicana.
JULIO CESAR LA DIJO AL CRUZAR EL RUBICON Y LLEGAR TRIUNFANTE DE LAS GALIAS: “LA SUERTE ESTÁ ECHADA”.
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