HONOR A QUIEN HONOR MERECE.
Por: Miguel Alonso.
Nuestro pueblo Río San Juan está lleno de personas humildes y trabajadoras que con gran esfuerzo, dedicación y sacrificio lucharon para salir hacia delante.
Hoy quiero reconocer el trabajo de tres (3) mujeres humildes que con su sazón y comidas llenaron toda una época y muchas barrigas. Todos los que vivimos los años 80’ y principios de los 90’ fuimos servidos alguna vez algún plato de comida por sus bendecidas manos.
LUISA PELAO
Sus anafes y fogón nunca salieron de su casa, su menú principal consistía en pollo guisado, moro, espaguetis y víveres. Ha sido el único lugar en Rio San Juan donde he comprado espaguetis pues no soy muy fanático de este plato.
Lo típico cuando uno iba a comprar cena a media noche donde Doña LUISA, para no acostarse con hambre, era encontrarse en medio de un pleito familiar, porque el viejo PELAO llegaba con un jumo de la calle o uno de sus hijos también llegaba tragiado y con hambre. Que buenos momentos aquellos y que felicidad recordar a Doña LUISA con su sonrisa a carcajada.
BOBITA SUAREZ
Escribiendo esta nota me trae a la mente la imagen de CESITA, al principio con una mesa a la cabeza y luego con una carretilla todos los días bien temprano rumbo a la parada o entrada de nuestro pueblo. Doña BOBITA tenía un menú muy variado especial para el desayuno del más exigente transeúnte que a diario iba a la parada a llenar su barriga de espaguetis, salami frito, huevos hervidos y tostones.
UDOSIA FRITURA
Las noches en la parada de Rio San Juan tenían un nombre: UDOSIA, ella sabia quien entraba y quien salía del pueblo, como también sabía quién faltaba por acostarse.
En ningún otro lugar he comido el BOFE mejor que el de Doña UDOSIA, cuando el hambre nos atacaba a la hora de irnos a acostar y no teníamos mucho dinero la única opción era Doña UDOSIA.
En una tertulia entre amigos hace ya un tiempo, discutíamos sobre el secreto del sabor de sus frituras y no pudimos ponernos de acuerdo si el gusto estaba en el tabaco de su cachimbo que agarraba antes de ponerle las manos a las carnes o en el cucharon con el que le daba a los perros realengos que intentaban robarles y luego lo metía a paila para menear.
Gracias BOBITA, UDOSIA Y LUISA. Sé que para muchos de nosotros ustedes han sido más que unas fritureras. Ustedes son parte de nuestra cultura. Mi más humilde reconocimiento por sus aportes al desarrollo de Rio San Juan. FELICIDADES y que DIOS las bendiga siempre.+
Por: Miguel Alonso.
Nuestro pueblo Río San Juan está lleno de personas humildes y trabajadoras que con gran esfuerzo, dedicación y sacrificio lucharon para salir hacia delante.
Hoy quiero reconocer el trabajo de tres (3) mujeres humildes que con su sazón y comidas llenaron toda una época y muchas barrigas. Todos los que vivimos los años 80’ y principios de los 90’ fuimos servidos alguna vez algún plato de comida por sus bendecidas manos.
LUISA PELAO
Sus anafes y fogón nunca salieron de su casa, su menú principal consistía en pollo guisado, moro, espaguetis y víveres. Ha sido el único lugar en Rio San Juan donde he comprado espaguetis pues no soy muy fanático de este plato.
Lo típico cuando uno iba a comprar cena a media noche donde Doña LUISA, para no acostarse con hambre, era encontrarse en medio de un pleito familiar, porque el viejo PELAO llegaba con un jumo de la calle o uno de sus hijos también llegaba tragiado y con hambre. Que buenos momentos aquellos y que felicidad recordar a Doña LUISA con su sonrisa a carcajada.
BOBITA SUAREZ
Escribiendo esta nota me trae a la mente la imagen de CESITA, al principio con una mesa a la cabeza y luego con una carretilla todos los días bien temprano rumbo a la parada o entrada de nuestro pueblo. Doña BOBITA tenía un menú muy variado especial para el desayuno del más exigente transeúnte que a diario iba a la parada a llenar su barriga de espaguetis, salami frito, huevos hervidos y tostones.
UDOSIA FRITURA
Las noches en la parada de Rio San Juan tenían un nombre: UDOSIA, ella sabia quien entraba y quien salía del pueblo, como también sabía quién faltaba por acostarse.
En ningún otro lugar he comido el BOFE mejor que el de Doña UDOSIA, cuando el hambre nos atacaba a la hora de irnos a acostar y no teníamos mucho dinero la única opción era Doña UDOSIA.
En una tertulia entre amigos hace ya un tiempo, discutíamos sobre el secreto del sabor de sus frituras y no pudimos ponernos de acuerdo si el gusto estaba en el tabaco de su cachimbo que agarraba antes de ponerle las manos a las carnes o en el cucharon con el que le daba a los perros realengos que intentaban robarles y luego lo metía a paila para menear.
Gracias BOBITA, UDOSIA Y LUISA. Sé que para muchos de nosotros ustedes han sido más que unas fritureras. Ustedes son parte de nuestra cultura. Mi más humilde reconocimiento por sus aportes al desarrollo de Rio San Juan. FELICIDADES y que DIOS las bendiga siempre.+
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